Ese tránsito que representa la extinción de nuestro cuerpo: La Muerte.
La madurez, actitud hacia la vida, hacernos responsables por nuestros actos, ser congruentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Aceptar nuestros errores, hacer lo que se requiere para lograr nuestras metas y derribar obstáculos en el camino de la vida. Tratar de mejorar cada día como personas. Todas estas son ideales que debieramos haber alcanzado antes de llegar a la inminente cita con la muerte.
Esta es la historia de quien a sus cuarenta años y después de haber desperdiciado su vida en el alcohol, drogas, la mentira y graduarse con honores en la historia del crimen… un acontecimiento hermoso y milagroso lo hace recapacitar…esa sensación de vacío en su interior a desaparecido, ahora se encuentra con un propósito, una razón para vivir y ahora está dispuesto a morir por ello.
La madurez es muy difícil de explicar. Lo único que sé, es que empiezas a ver las cosas de diferente manera.[1]
Uno de los jugadores de fútbol americano mas famosos e importantes de todos los tiempos Terry Bradshaw, dijo alguna vez, después de muchos años de haber ganado 4 superbowls, “ahora viendo y apreciando las cosas de diferente manera, de tener la oportunidad de poder hacerlas, lo haría mejor, ganaría más partidos y mas superbowls.”[2]
El tiempo no puede volver atrás, No lo olvides, y menos después de la muerte. Por eso te digo, disfruta de lo que hagas al máximo, haz todo con pasión, como si ese fuera el último momento o día de tu vida.
La mayor parte de las veces cuando somos jóvenes, no apreciamos o valoramos tanto como debiéramos, lo que hacemos y lo que somos. El tiempo no regresa. Ama lo que eres y lo que tienes, y haz tu mejor esfuerzo por ser y hacer lo mejor cada día.
Anhela ser alguien por quien tus hijos se sientan orgullosos de vivir y emular.
ACERCA DE NUESTRA ESENCIA:
Nosotros, tú y yo, y todos los demás seres humanos, somos más que ojos, pelo, manos, etc. Nuestra esencia es nuestro espíritu, que trasciende más allá de la muerte. Seguimos viviendo, pero en otra dimensión (por llamarlo de alguna manera) solo que ya sin cuerpo “carnal” como lo conocemos.[3]
Lo único que perdemos es la oportunidad de hacer con ese milagro que la vida nos dio (nuestro cuerpo humano) algo mejor, algo por lo que Dios se sintiera orgulloso de haberlo creado y habérnoslo prestado.
La muerte es natural, es parte de nuestra vida terrenal en este cuerpo humano que nos prestaron, pero es una fase más de nuestra vida trascendental. La seguiremos viviendo, pero sin ese cuerpo material.
Por eso mientras tengamos la oportunidad de tener esta maravilla que la vida nos prestó para vivirla en la tierra (nuestro cuerpo humano) no hay que desperdiciarlo, hay que cuidarlo, mejorarlo continuamente y tratar de dejar un legado para todas aquellas personas con los que tuvimos la oportunidad de convivir y para aquellos por nacer, para que tengan una vida mejor.
Pon tu granito de arena.
No le tengas miedo a la muerte.
Solo haz lo mejor con tu vida en este mundo, para cuando esta venga, te sientas orgullosa de haberla vivido.
Este tema lo acabé de escribir precisamente el 9 de Diciembre del 2003, un día antes del accidente de tu abuelo, en el que finalmente, y después de varios días, falleció.
El libro tibetano de los muertos
[1] Jung Carl Face to face with Carl Jung video 4 de 4 : http://www.youtube.com/watch?v=90VXHjQREDM “ El hombre no se puede permitir una vida sin significado” en el minuto nueve del video luego de tocar los temas de la muerte y la conciencia colectiva acaba con esta soberbia conclusión.
[2] La madurez es la diferencia entre el crecimiento cronológico y el psicológico. Fernando Joel Cortes Mendoza
[3] Montiel Llorente Luis “Jung 1875-1961” P. 45 Habla de la inmortalidad escatológica. Podria conseguirse en cierto sentido en el curso de la vida terrenal. Mediante el cumplimiento del proceso de individuación al convertirse en uno mismo.
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