¿Podremos algún día encontrar la Felicidad?
Este es un tema que antes había tocado y que resumí en tres puntos:
- Estar contento con lo que tienes
- Contento con lo que haces
- Y contento contigo mismo, es decir, con quién eres
Habría que elaborar en este sentido. La Felicidad radica en tu interior, así los sugieren diferentes estudios científicos neurológicos, Luego entonces ¿Cómo llegamos a ella?
La felicidad, he aprendido, es un proceso, es un camino, no una meta o destino.
Desafortunadamente “el mundo,” sin aludir a un concepto religioso, ha evolucionado en “sistemas” de vida y han influido poderosamente en la gente, que trata (ya que así fue educada) a seguir con un patrón de conducta en base a ciertos valores o paradigmas y generalmente estos valores son pasados de generación en generación de padres a hijos perpetuando el concepto o el sistema. Es decir no se nos enseña en nuestra niñez los preceptos del monje, donde la vida simple y sin complicaciones nos lleven a apreciarla en su justa dimensión. No, es decir, vemos a nuestros padres, familiares, amigos o la gente en general que decide que será feliz cuando tenga un teléfono celular de última generación, después, un vehículo que no solo te transporte a donde necesites ir, sino que lo haga con “estilo” y “clase”; o se te enseña que para vivir mejor necesitas hacerte de tu propia casa y que esta cuente de preferencia con ciertas características “necesarias” para hacerte la vida más placentera y por supuesto con esto hacerte “feliz”, y así sucesivamente vas adquiriendo o fijándote metas de adquisición o estatus que contribuirán a tú “felicidad” de acuerdo a los valores occidentales.
Todos caen en la misma red de idas y conceptos sobre lo que la felicidad es o debe ser. Sí, hay una mayoría que no puede darse esas atribuciones y que desafortunadamente viven al día, pero aun así, desean lo que los demás tienen y ellos no pueden tener; con esto se perpetua el hacerse la vida más difícil, el estrés de vivir en un mundo demandante, lleno de frustraciones, que nos traen tristezas. Con esto, perdemos las habilidades más básicas, como el poder cultivar tu propia comida, construir tu hogar, hacer uso de tus manos y cerebro para crear tu propio sustento.
La vida se hace cada vez más difícil por el concepto de la especialización, es decir “nadie” puede ser o saber todo, O sea que no puedes, conocer de carpintería, electricidad, plomería, albañilería, electrónica, leyes, medicina, finanzas, economía, mecánica, etc… por lo que aprendes a vivir siempre dependiendo de todos y a la vez tratando de especializarte en “algo” que posteriormente te sea redituable para “ganarte” la vida.
Conciencia
Los hijos cuando tienen uso de razón, voltean a ver la vida de sus compañeritos y preguntan ¿porque nosotros no podemos tener lo mismo? Eso deja a los padres sin saber que responderles y muy preocupados por el futuro de los suyos. ¿Tendrán sus hijos la misma suerte? ¿Qué pueden hacer al respecto? Por lo que, sentimientos de impotencia, inseguridad y más stress surgen frecuentemente.
El propósito principal de la educación es poder llevar una existencia mejor, una de crecimiento y desarrollo continuo en todas las áreas del ser humano: En la Salud, la Física, Mental, Social, Espiritual y Económica. Desafortunadamente, si no adquieres habilidades que te permitan “ganarte” la vida en el tema económico, difícilmente podrás progresar en los demás, es decir, estarás tan ocupado corriendo en la rueda del ratón para llevar unas cuantas monedas a la casa y así poder comer, transportarte y proveerte de los servicios más elementales como el agua, luz y gas sino es que necesitas pagar renta, y que por lo mismo, no tendrás ni tiempo ni ganas de inmiscuirte y crecer en los demás temas mientras apenas te dé para sobrevivir. Y es aquí donde la vida se vuelve difícil, triste, desesperante, agónica, en pocas palabras: frustrante e infeliz. Después de todo esto, cuando alguien te dice que la clave de la felicidad esta en tu interior, que la clave está en el camino y no en el destino; que para ser feliz solo tienes que estar contento contigo mismo, con lo que haces y con lo que tienes….le contestas: Sí, aja….¿ Y luego?. Por supuesto que no le crees, que ese tal por cual es un pobre loco, un bueno para nada, alguien en quién no puedes confiar. A fin de cuentas ¿qué va a saber este de la vida si no tiene lo mínimo necesario para poder vivir?
Así como llego a nuestra vida lo desechamos. El consejo entro por un oído y salió inmediatamente por el otro. No puedes darte el lujo de perder tu tiempo con estupideces, ya que tienes que seguir montado en la rueda del ratón y seguir corriendo para alcanzar tu “felicidad” adquiriendo posesiones, estatus social, amistades y elogios sobre la marcha.
El consejo se pierde… y si tienes suerte y adquieres varias de las cosas antes mencionadas, al final de tu existencia (si no es que acabas con ella antes tratando de ser feliz) te darás cuenta que todas estas cosas no te dan la felicidad por la que tanto luchaste hasta el cansancio, que siempre has deseado y por la cual te has roto el lomo para lograrla. ¿Entonces? ¿La Felicidad en que radica?
La Responsabilidad y la Felicidad.
La felicidad y la responsabilidad van de la mano, ¿parece contradictorio no? ¿La Felicidad no implica divertirse y no preocuparse por lo demás?
A toda acción corresponde una reacción igual o mayor. De hecho existe una teoría que algunos la conocen por la teoría del caos, que afirma que cualquier cosa que hagamos tiene consecuencias de alcances incalculables, algo tan absurdo como esperar que el revoloteo de una mariposa puede causar un tornado o algo parecido. Nuestras decisiones afectan no sólo a nosotros mismos sino también a todo lo que nos rodea. Por lo tanto siempre habrá una consecuencia por nuestros actos.
El hombre conforme fue desarrollándose comprendió que los hábitos forman un forma importante de hacer las cosas, a partir de que descubre el fuego, empieza a entender que cocinar con el hace que los alimentos sepan mejor, hace que adquiera menos enfermedades, hace que se ilumine en las penumbras de la noche, y le ayuda a ahuyentar a los depredadores entre otras cosas.
La humanidad va encontrando formas estandarizadas de convivir, esto significa conocer las mejores maneras de hacer las cosas, que le permitan lograr sus objetivos con el menor tiempo, dinero y esfuerzo. El orden, entonces,una vez encontrado el mejor método, es crucial. El orden te llevará a la limpieza, a la armonía, a hacer más con menos. A hacerte una vida más placentera.
No puedes adoptar un perrito si no estás dispuesto a cuidar de el, de darle de comer, de limpiar sus excrementos, de bañarlo ,de hacer que se divierta, de encargarte de que aprenda ciertas reglas para una convivencia mejor entre los dos o con los miembros de la familia en que vive. Si lo dejas crecer sin reglas ni orden, al cabo de días, semanas o meses, tendrás un jardín arruinado, unos muebles mordidos y rasgados y una pila de excremento regada por todos lados, con su consecuente olor desagradable, en fín, un festín para adquirir enfermedades que afectaran no solo al cachorro, sino a toda tu familia. A toda acción, corresponde una reacción. Todas las decisiones que tomemos tendrán una consecuencia para bien o para mal.
Un descuido en el cuidado y la educación de los hijos, puede tener aún más resultados prejudiciales para su futura descendencia. Dejar que crezcan sin orden y a la deriva, los condenara a un constante retroceso en todas las áreas integrales del ser humano antes mencionadas. Si queremos evitar el caos en nuestras vidas y la de los demás, debemos hacernos responsables por nuestros actos y decisiones y asumir las consecuencias. La responsabilidad está llena de satisfacciones, de orgullo y alegría. Un sendero que vale la pena caminar encontrando la felicidad en cada paso que damos.
Todo está en nuestra actitud hacia la vida.
Entonces tal vez, y solo tal vez entenderás que la felicidad está en el camino que recorremos y no en las posesiones, estatus social, amistades y elogios sobre la marcha.
O morirás como la mayoría sin entender que fue lo que paso, por qué nunca alcanzaste la felicidad tan anhelada.
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