El niño que pudo alimentar y darle luz a un pueblo olvidado de la mano de Dios


Imagínate sentado en medio de la noche en la selva de África, sin energía eléctrica y con la encomienda de tus Padres de cuidar el pequeño ganado de la familia, el cual es su sustento. El pánico se apodera de tu cuerpo con cualquier pequeño crujir de ramas, ves leones aproximándose en cualquier sombra de árbol meciéndose con el viento de la noche.

Richard Turere, vive en Kenia, a las faldas del Parque Nacional de Nairobi. El parque es tan grande en extensión, que no tiene cercas que limiten o contengan a los animales poder salir de el, es por eso que Richard y su familia tienen visitas constantes de diferentes tipos de animales. Entre ellos el de los leones, que al ir al acecho de las cebras, llegan hasta su tierra topándose con su ganado, el cual es todavía presa mas fácil para devorar, un problema grave para su sustento y sus propias vidas.

Los Maasai, tribu a la que pertenece Richard, tiene la creencia de que vienen de el cielo junto con su ganado a esta tierra que les fue dada para vivir. Richard creció debido a los problemas con estos depredadores, odiándolos. La tribu tiene a su pequeño ejercito de Morans como los llaman que son los que se encargan de lidiar con los Leones y matarlos para evitar mas perdidas a sus vacas, pero el resultado no es halagador.

La vida es dura y la familia encarga el cuidado de los animales a los niños desde los 6 años de edad, esto es lo que le paso a Richard, sólo que él se pregunto si no podría hacer algo para resolver el problema.¡ Imagínense un niño, queriendo resolver el problema de toda una comunidad!.
Como sabía, según le habían dicho en su casa, que a los leones le temen al fuego, emprendió la tarea con una antorcha....y se dio cuenta de algo que nadie jamas había pensado o cuestionado: a los leones le temen a el fuego, pero  al mismo tiempo les da la facilidad de orientarse para atrapar al ganado. No es exactamente al fuego sino al fuego en movimiento y eso implica alguien que los puede cazar también. Entonces le vino el gran Eureka: un fuego o luz con movimiento.

Su idea lo llevo a destripar la única radio de la familia, con lo cual casi se gano una buena paliza por su madre, pero a pesar de ello siguió con su idea y la hizo realidad. Con una vieja batería de carro, unos switchs de motocicleta, unas luces y cables, construyo su "invento" y soluciono el problema de los leones. Su idea es usada ahora por todo Kenia y otras partes de África sin prejuicio para los animales y los humanos y con mejores resultados. Los guerreros de la aldea fueron superados por la curiosidad e inteligencia de un niño, que ayudó a resolver un problema de años en el país.

Esta es una gran historia digna de ser contada por todo el mundo, para motivar a los jóvenes a involucrarse en los problemas de su entorno y poner acción en sus pensamientos.

Aquí puedes ver el vídeo subtitulado en español y conocer al verdadero héroe: Richard

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Saludos




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